Tras un largo periodo de ausencia, he sentido la necesidad de volver por aquí. He vivido, de todo un poco, y con la filosofía que poco a poco fui acuñando y que desde aquí he tratado de transmitir a todos.
Si un día decidí irme fue porque no tenia nada que contar, o lo que podía contaros creo que no interesaría a nadie.
Vivo contemplando atónito, las barbaridades de las que somos capaces. La falsedad no tuvo piedad ante tantos años de amistad, la soledad hace mella en otros, las cuerdas se aflojaron y dejaron aflorar toda la presión que años atrás viajaba contenida en el interior de algunos, otros se marcharon aburridos y desanimados, alguien cree estar solo, pero no es consciente de que esta mas y mejor acompañado que otros que se creen el ombligo del mundo. Esa es la actualidad. No me preocupa.
Lo veo todo con otros ojos, y no es que me hayan hecho un trasplante ocular, es que me han “adiestrado” para que nada ni nadie altere los objetivos que nos hemos marcado. Evidentemente los objetivos son secretos. Me estoy convirtiendo en un visionario gracias al granito de arena que cada uno de vosotros me esta aportando. Unos me dan su confianza, otros su desconfianza, una minoría su temor (no se porque ellos sabrán).
Me arriesgo a decir que somos muy de fechas concretas, perdón por ser mal pensado, pero es que también veo necesario el hecho de pensar siempre lo peor de la gente, ya ni el beneficio de la duda queda intacto, ¡Que va! Una lucha de mercenarios parece en ocasiones. Pero estoy cansado, agotado, incluso a veces delirando. Me quedo con los que valen, con los que harán que este tiempo, el actual, el que estoy viviendo, pase a ser recordado, y si lo recuerdo es porque fue bueno, inolvidable. No tengo ganas de contemporizar ni de esperar a nadie, creo que ya hay bastante gente que ha perdido el tren como para perderlo yo también. Creo y espero firmemente que nos veamos en la meta, pero seré yo el que los vea llegar a ellos. Los objetivos no se cumplen solos.
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